Donde poner ventanas de aluminio correderas o abatibles

Cuando hablamos de ventanas para una vivienda los dos modelos más empleados son las ventanas de aluminio correderas o abatibles. Ambos sistemas se complementan a la perfección para dar respuesta a las necesidades de cada espacio y proporcionar la mayor funcionalidad posible con las mejores prestaciones en aislamiento térmico y acústico. Pero, ¿dónde conviene instalar un modelo u otro? 

Ventanas correderas, un sistema no invasivo del espacio

En las habitaciones donde no hay demasiado espacio o donde la colocación de los muebles entorpece la apertura de la hoja de la ventana, el modelo corredero es el indicado. 

Al disponer de dos hojas que abren a derecha e izquierda se consigue una correcta ventilación sin que al abrir se entorpezca la circulación por la estancia. Habitualmente también se instalan mucho en cocinas y cuartos de baño

Este tipo de ventanas se realizan con las últimas técnicas de carpintería de aluminio con lo cual el aislamiento térmico y acústico está garantizado. Eso sí, las ventanas correderas siguen teniendo un nivel de aislamiento algo menor que las ventanas batientes. 

Sistema batiente u oscilobatiente

En cuanto a donde poner ventanas batientes, la respuesta es sencilla: en cualquier sitio. Este tipo de ventanas encaja a la perfección en salones, dormitorios, cocinas… Eso sí, siempre y cuando haya espacio suficiente para abrir bien la hoja. 

Actualmente se pueden hacer de grandes dimensiones y de una sola hoja para dar más luminosidad a las habitaciones. 

Este tipo de ventanas incorpora casi de serie el sistema oscilobatiente, de manera que la hoja queda inclinada con una apertura suficiente (45º) para permitir una correcta ventilación sin los inconvenientes de que entre la lluvia y, por supuesto, sin que sea una zona insegura. 

Ventanas de aluminio correderas o batientes, máxima calidad y confort

Con cualquiera de las dos opciones, ventanas de aluminio correderas o abatibles, se mejora el aislamiento de la vivienda, aumentando la confortabilidad y ayudando a reducir el gasto de energía. Por eso, si estás pensando en cambiar de ventanas, elige unas ventanas de calidad y verás cómo se reduce la factura de electricidad o de gas hasta en un 70%.