La hermeticidad es esencial para garantizar un alto grado de confortabilidad en las casas y para lograr mejorar la eficiencia energética de una vivienda. Para alcanzar este objetivo las ventanas de aluminio con cierre hermético son elementos indispensables.
Invertir en ventanas de calidad
Comprar unas ventanas de aluminio de calidad es la mejor inversión que se puede hacer para completar la envolvente de un edificio. Por muy buena planificación que se haya hecho para aislar una vivienda, cuidando las paredes exteriores, la cubierta y la solera, si descuidamos las ventanas tendremos una fuga de energía muy importante.
La carpintería de aluminio actual incorpora los últimos avances tecnológicos para evitar los puentes térmicos y garantizar espacios estancos.
En concreto, gracias a unas ventanas de aluminio de cierre hermético se puede llegar a reducir la factura de luz o gas hasta un 70%.
Pero los beneficios no acaban aquí. También se reduce el ruido hasta en 97% y los perfiles de aluminio combinados con vidrios de calidad protegen hasta en un 99% de los rayos ultravioletas.
Modelos de ventanas de aluminio de cierre hermético
Unas ventanas de calidad que garanticen un correcto aislamiento de la vivienda las podemos encontrar de diferentes tamaños y con diversos sistemas de apertura. Entre los modelos más habituales están las ventanas batientes de una o dos hojas en las que la hoja puede además abrirse en su parte con una oscilación de 45º. Es el llamado sistema oscilobatiente que se maneja con una manivela y una vez cerrado proporciona un cierre hermético.
Otro de los sistemas de apertura más populares es el corredero, que resulta adecuado para habitaciones con problemas de espacio. Proporciona algo menos de aislamiento que la ventana batiente, aunque las últimas versiones son cada vez más herméticas.
Además de estos modelos de ventanas también están las ventanas osciloparalelas, las ventanas plegables, las pivotantes o las elevables.