Una de las eternas dudas cuando vamos a comprar ventanas nuevas es ¿ventanas de PVC o de aluminio, cuál es mejor? Para que puedas escoger el tipo de material que mejor encaja con tus necesidades, lo mejor es conocer las características de cada una de las opciones y, a partir de ahí, tomar la decisión.
Características de los materiales
Desde hace muchos años el aluminio ha sido el material por excelencia para realizar las ventanas. Una de sus principales características es que es de alta resistencia. No se daña al estar a la intemperie ni con el trasiego diario y permanece en perfectas condiciones tanto por dentro como por fuera. Es decir, reclama poco trabajo y gasto de mantenimiento.
Su resistencia también permite realizar estructuras de grandes dimensiones, por ejemplo grandes ventanales o balconeras de una sola pieza que dan más protagonismo a la luz. Con el aluminio se pueden diseñar distintos tipos de marcos y perfiles.
Uno de sus inconvenientes es que es más frío por dentro y provoca condensación. Relacionado con el aislamiento hay que decir que el aluminio es un material conductor que provoca la transmisión de temperatura entre exterior e interior. Para solucionarlo se introduce el llamado sistema de rotura de puente térmico que garantiza un gran aislamiento y confort interior.
El PVC
El PVC a diferencia del aluminio no es conductor por lo que el aislamiento térmico y acústico está garantizado. No hace falta utilizar el sistema de rotura de puente térmico para asegurar la estanqueidad y confort interior.
Otra ventaja del PVC es que es un material muy robusto que resiste durante muchos años permaneciendo en perfecto estado. Además, se puede reciclar. Esto junto a que ayuda a mejorar la eficiencia energética de la casa lo convierte en una excelente opción.
Entonces, ¿ventanas de PVC o aluminio, cuál es mejor?
Dado que ambos materiales reúnen características muy positivas para el aislamiento y la confortabilidad de una casa, saber si las ventanas de PVC o aluminio, cuál es mejor es difícil.
Los dos materiales pueden conseguir un ahorro de la energía de electricidad o gas de un 70% y pueden reducir el ruido hasta un 97%.
Escoger una u otra opción es casi una cuestión personal. Y en cuanto al dinero, su precio final con calidades similares es muy semejante.