Cierres de ventanas correderas de aluminio

Uno de los puntos sensibles de una ventana son los cierres, y lo son tanto por la seguridad como por la confortabilidad y el consumo de energía. Por eso, vamos a ver cómo deben ser los cierres de ventanas correderas de aluminio. 

Cierres e instalación, un tándem necesario

En las ventanas correderas uno de sus puntos débiles suelen ser los cierres. A diferencia de otros modelos de ventanas como por ejemplo las batientes en las que el cierre es más hermético, en una ventana corredera el grado de estanqueidad puede ser algo menor. 

La tecnología actual que se aplica a la elaboración de este tipo de ventanas nada tiene que ver con la de hace unos años. Los cierres de ventanas correderas de aluminio disponen de muelles de máxima calidad con anclajes que garantizan que la hoja queda perfectamente cerrada y anclada

Además, con este cierre bien anclado desaparece la holgura o movimiento típico de las ventanas correderas viejas. 

Gracias a este cierre la estanqueidad de la habitación es total, mejorando el grado de confortabilidad. 

Al no haber un punto de fuga en el cierre, el hermetismo es mayor y con él mejora la eficiencia energética y el consumo de electricidad y de gas.

Pero todas estas mejoras pueden desperdiciarse si no se realiza una correcta instalación. Es decir, una ventana de calidad puede no dar los resultados deseados si no está bien nivelada, calzada y fijada

Cierres de ventanas correderas de aluminio que garantizan la seguridad

Otra de las ventajas de los actuales cierres de ventanas correderas es la seguridad. Un muelle de mala calidad y un mal anclaje hacen que una ventana corredera sea fácil de abrir. Un movimiento un poco fuerte puede abrir la ventana dejando vía libre a ladrones. Pero la seguridad desde el interior también puede estar en peligro con un mal cierre. Por ejemplo, un niño puede abrir una ventana corredera mal anclada. Para estas situaciones existen además de un cierre nuevo y de calidad, cierres extra que aumentan la seguridad.